El fin de semana del 25 y 26 de febrero realizamos una excursión gastro-cultural a tierras castellano-leonesas, concretamente a la ciudad burgalesa de Aranda de Duero, capital de la comarca de la Ribera del Duero y de gran importancia histórica en España.
El pasado 25 y 26 de febrero nuestra Presidenta Rosa Román nos organizó una salida de fin de semana a Aranda de Duero, que es una localidad de la provincia de Burgos, capital de la comarca de la Ribera del Duero.
Allí se encuentra el Plano de Aranda, realizado en 1503, siendo el mapa urbano más antiguo de España y el documento cartográfico más antiguo del Archivo General de Simancas. Por Aranda, además, cruza la cañada Real de Segovia, desde 2007 incluida en la lista indicativa de la Unesco, como futura candidatura a Patrimonio de la Humanidad.
La primera noche nos recibió nuestro cofrade y gran amigo Jesús Tudanca de Las Heras, y nos hospedamos en su Hotel Área Tudanca. Este establecimiento familiar – regentado por toda su familia – es un verdadero privilegio, situado a hora y media de Madrid para poder disfrutar de sus rutas de enotuirismo. Nosotros pudimos disfrutar de la visita a las Bodegas Solterra en pleno corazón de la Ribera de Duero el sábado por la mañana, donde Julio Frutos (su Enólogo) nos deleitó con toda clase de explicaciones sobre la elaboración de sus vinos, ya que sentía verdadera pasión por lo que hace y eso se nota. El almuerzo lo teníamos organizado en la misma bodega. Almorzamos un lechazo que era una verdadera exquisitez. Los lechazos de esa zona se encuentran entre los mejores de España.
Por la tarde visitamos el pueblo medieval de Peñaranda de Duero, el guía nos enseñó sus palacios y la colegiata de Santa Ana, y para terminar visitamos las bodegas subterráneas más antiguas de España. No se sabe con exactitud cuándo se construyeron, pero se cree que datan del siglo XIII. Después de un día tan movido, cenamos en el restaurante de nuestro cofrade Jesús Tudanca. Degustamos un menú excepcional, aunque principalmente cabe destacar sus vinos. Es una familia restauradora pero también vitivinícola, y elaboran unos vinos deliciosos con denominación de origen Ribera del Duero.
Para terminar, el domingo visitamos Aranda de Duero. Acompañados de un guía, paseamos sus calles, visitamos su iglesia e incluso un museo donde se expone una muestra permanente de grabados de Dalí. ¡Todo un lujo! Almorzamos en el restaurante el Lagar de Isilla, que cuenta con una decoración típicamente castellana (vigas de lagar y mesas hechas con trillos)
Y así terminamos nuestra primera salida de fin de semana, la cual valió la pena para poder degustar ese vino de la Ribera del Duero, vino tan apreciado hoy día en medio mundo.
¡¡¡VIVA LA CHAÎNE!!!